Energía geotérmica para autoconsumo
Se emplea como fuente de calefacción y como refrigeración según la época del año, aprovechando la temperatura latente del suelo y su capacidad para mantener constante la temperatura todo el año.
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Energía geotérmica para autoconsumo es un tipo de energía renovable hasta ahora prácticamente desconocida para los usuarios. Actualmente está en un periodo de crecimiento constante ya que es una fuente de energía limpia, inagotable, sin ruidos ni emisiones. Especialmente en los equipos y componentes de baja temperatura han experimentado un crecimiento exponencial, y los análisis describen un aumento 5 veces al actual para 2030.
Este tipo de energía renovable tiene un gran problema en cuanto a localización en nuestro país como instalación a gran escala. Sin embargo, para sistemas de refrigeración /calefacción puede ser empleado en cualquier parte de la región siempre y cuando dispongas de un terreno aledaño para su emplazamiento.
En viviendas aisladas y no conectadas cobra más importancia porque pueden suministrar una climatización similar a viviendas unidas a la red.
Por otro lado están las aplicaciones a construcciones como industrias, invernaderos, hospitales o edificios hosteleros, donde supone un enorme ahorro económico en el mantenimiento de estos.
El suelo a una cierta profundidad tiene una temperatura constante a lo largo de todo el año y conforme profundizamos la temperatura constante asciende. Esta energía se emplea según nuestras necesidades, si es para calefacción en invierno o refrigeración en verano. Para ello necesitamos un sistema que intercambie la temperatura en nuestras instalaciones.
El esquema más básico consiste en tres elementos:
-Bomba de calor: Es el elemento más importante. Es el encargado de intercambiar la temperatura entre los dos sistemas, el externo y el interno.
-Sistema o circuito externo: Es un área con conducciones que capta la temperatura del exterior y lo trae al interior aquel que está en el suelo. Suele tener agua mezclado con algún tipo de alcohol (glicoles), como anticongelante.
-Circuito interior: el que intercambia calor o frío y reparte por todo el hogar. En su caso también son los encargados de proporcionar agua caliente sanitaria.
Dependiendo de la latitud y época del año los equipamientos tienen un predominio en cuanto a calefacción/refrigeración, aunque pueden hacer ambas tareas.
Para sistemas de calefacción se emplea mediante suelo radiante unido a un intercambiador de calor que lo conecta a la bomba de calor para recircular el agua y transportarla al interior de la tierra. A partir de 5m se mantiene constante a unos 16ºC como promedio y va aumentando conforme profundizamos en la tierra, 3ºC cada 100m.
Para emplearlo como refrigeración se necesitan otros sistemas, como evaporadores y condensadores, para mantener el frío en la vivienda se emplearían techos radiantes. Este tipo de sistema es más pasivo y necesita menos energía para su empleo.
Este sistema se puede complementar con otras energías renovables para el mantenimiento energético del sistema, como puede ser la solar o eólica.
La instalación externa puede ser de 2 tipos:
-Vertical: Las conducciones profundizan en el suelo buscando la estabilidad de la temperatura, ya que cada 100 metros que profundizamos aumenta 3ºC de forma constante. Son más caras, pero estabilizan mejor la temperatura, además necesitan menos superficie.
-Horizontales: con una profundidad nunca inferior a 5m, son más baratas que las verticales, requerirá sobre el doble de superficie a climatizar en el interior, pero la temperatura exterior puede repercutir en el rendimiento de estas canalizaciones.
Existe otra 3º opción más difícil de encontrar, el empleo de conducciones en contacto de aguas subterráneas. En este caso, al igual que el suelo ofrecen una temperatura constante todo el año, pero a menos profundidad.
Se pueden emplear para calefacción o refrigeración, dependiendo de las necesidades.
Es la opción con más desarrollo, de hecho, existen numerosas empresas que instalan estos sistemas. Los elementos antes descritos son los elementales, pero existen diferentes componentes en función del tipo de sistema externo que emplees: bombas, acumuladores, etc.
Además, se puede reducir el 5% como inversión en la declaración de la renta, y existen ayuntamientos que te rebajan la tasa del IBI hasta en un 50% dependiendo de las políticas ambientales de cada ayuntamiento.
Los plazos de amortización están entre 6-10 años dependiendo de la complejidad del proyecto respecto a calefacciones de gas o fuel.
Por lo general se amortiza estas instalaciones más rápido conforme peor aislada térmicamente esté la vivienda, puesto que estas pérdidas de calor o frío no repercuten en la creciente factura de la luz.
Existen industrias que, bien por su situación en regiones frías o por la manufacturación que realice, necesitan disponer de agua caliente. Si disponen de espacio para implantar esta tecnología comprobarán que tiene un plazo de amortización menor en comparación de las viviendas, ya que la fuente de energía no se agota y se mantiene constante, aunque el gasto sea elevado. Para estas instalaciones es recomendable asesorarse por si pueden beneficiarse de ayudas fiscales.
Lo más destacable es que debido a la superficie de la instalación se libra de necesitar un área enorme para los sistemas externos. Pero será amortizable por la reducción de costes de climatización y ACS para los clientes a largo plazo. Debido al tipo de necesidades que se requiere es interesante implantar otra fuente de energía alternativa para el caso del agua caliente, puesto que los hábitos de aseo son similares para todo el mundo y puede agotar el depósito de agua caliente en franjas horarias puntuales.
En este campo lo más importante es al abastecimiento de agua caliente sanitaria para el desempeño de las funciones típicas (desinfección, lavandería, cocina, duchas, etc).
Resulta indispensable en este sector el mantenimiento de temperaturas altas y constantes en el agua (manteniendo la temperatura hasta 70ºC para evitar foco de Legionella), a lo que en sistemas de baja entalpia como los que se emplean, necesitarán de otra fuente de alimentación para alcanzar y mantener esta energía.
Hay varios proyectos actualmente en nuestro país en hospitales, que aun siendo inversiones de elevado capital tiene una amortización rápida en ahorro energético unido a evitar emisiones de CO2.
Dentro del sector primario también tiene cabida este tipo de energía renovable.
En cuanto a invernaderos, les sirve para mantener temperaturas cálidas y constantes, sobre todo durante la noche, para evitar las heladas manteniendo la calidad de hortalizas y frutas.
Para piscifactorías, calentar el agua de las balsas, aparte de un ahorro tremendo a largo plazo, permite criar especies comerciales de aguas cálidas en ambientes fríos.
Una de las ventajas de la geotermia dentro de las energías renovables, es que ofrece sinergias positivas cuando se combinan con los distintos tipos, cubriendo déficits energéticos que tienen algunas renovables.
El empleo de energía solar como apoyo a la geotermia, se usa para aportar energía a la bomba de calor o refrigerar los evaporadores en caso de la refrigeración por geotermia.
La eliminación del impuesto al sol, facilidades en licencias y descuentos en impuestos, junto con el abaratamiento de las placas en algunos casos por encima del 70%, hacen de la energía solar tanto termosolar como de la fotovoltaica una buena energía auxiliar, sin necesidad de incluir baterías de almacenamiento.
Debido a que la demanda en determinados servicios es durante las horas centrales del día, es una opción muy recomendable para que los niveles de acondicionamiento y confort de la temperatura no decaigan. Tal es el caso como en industrias, o áreas de ocio y espacio de oficinas con instalaciones geotérmicas. Cuando su demanda decaiga a la tarde no será necesario incrementar energéticamente el sistema.
Emplearlo como energía auxiliar en áreas con viento te permitirá tener un aporte de energía extra, tanto de día como de noche. Será muy provechoso especialmente para picos de consumo nocturnos, como la demanda de agua caliente en instalaciones hoteleras y hospitales.
En este caso, la energía eólica suele sobrepasar las necesidades energéticas con lo que podrás incluso verter energía a la red.
Para instalaciones de autoconsumo que son sistemas de baja temperatura, por supuesto, pueden emplear la inercia térmica del suelo, con una temperatura constante e inagotable.
Sí, como en todas las renovables. Los diferentes organismos públicos ofrecen ayudas y descuentos en todas las energías renovables en sus equipos o rebajas en impuestos de las viviendas (IBI) o en las personas físicas (IRPF).
Debido a que el suelo es poco reactivo, tiene temperaturas estables en ausencia del sol, los componentes tienen una alta durabilidad. En algunos casos si no existen fugas, hablamos de hasta 50 años. Para otros elementos como las bombas de calor puede durar hasta la mitad, teniendo en cuenta que algunas piezas están garantizadas hasta 10 años.
Dependerá de la disponibilidad de terreno para emplazarlo, cantidad de energía demandada y del presupuesto. Los sistemas horizontales son más baratos, se necesita más espacio, pero ofrecen menos garantías en mantenimiento de una temperatura constante y es dependiente a las inclemencias climáticas.
En cuanto a sistemas verticales son más costosos, pero necesitan menos espacio y ofrecen mejores rendimientos energéticos.
No, no tienen riesgo de explosiones o incendios, tampoco tienen emisiones ni contaminan acústicamente.
No, es inagotable. En caso de instalaciones de alta temperatura puede tener oscilaciones por variaciones en los puntos calientes de la corteza terrestre. En el caso de instalaciones de baja-muy baja temperatura (inferior a 30ºC), esos factores no interfieren ya que aprovecha la inercia térmica del suelo. La temperatura es constante y no disminuye a cierta profundidad independientemente de la estación en que se encuentre.
En nuestra región, que posee meses fríos y luego una larga temporada de verano, se puede emplear como calefacción o refrigeración, puesto que partimos de una temperatura constante, la del suelo que no varía y puede intercambiar frío o calor según nuestras necesidades.
No exactamente. Los conductos son similares en el exterior para la calefacción se emplea una bomba de calor, un condensador, acumulador y suelo radiante. Para refrigeración se emplea un techo radiante y un evaporador. Si quieres las dos opciones necesitarás estos componentes.
Sí, aunque requiere de suficiente financiación y suficiente espacio. Esta energía es amortizable a su inversión en un plazo inferior a 10 años, teniendo en cuenta los precios de los sistemas de gas y fuel en calefacción central. Además, la empresa gestora puede recibir ayudas o subvenciones para la implantación de energías renovables.
2021
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