Energía biomasa para autoconsumo
En los últimos años se ha disparado la instalación de calderas de biomasa por su eficiencia, ahorro, simplicidad y modernización de combustibles, como la fabricación de pellets y briquetas.
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En este apartado debemos diferenciar claramente en calderas de instalación central o estufas para calefacción en las viviendas en sus diferentes habitaciones, al igual que le dedicaremos un apartado en la generación de calor o electricidad, debido a residuos y explotaciones agroganaderas.
Ofrecen mucha ventaja el empleo de estas instalaciones:
-Se considera una fuente de energía sostenible. Aunque emite humos se considera que vierte 0 emisiones de gases efecto invernadero y no altera en ningún caso la capa de ozono.
-Más barato que las energías convencionales, especialmente dada la escalada de precios de la energía. Por ejemplo, una tonelada de pellet cuesta 290€ y calentar un área de 70m2 durante 7 horas consume 1kg/h, con un coste de 0.29cts/h.
-Favorecer el medio ambiente fomentando para la generación de biomasa la limpieza de montes y tierras de cultivo.
-Crea puestos de trabajo en áreas rurales frenando el despoblamiento rural.
-Están sujetas a ayudas fiscales y subvenciones para reducir la dependencia de combustibles fósiles.
En los últimos años hemos visto un enorme desarrollo de estos aparatos, ya que por lo general en nuestro clima no es habitual tener una calefacción central. Sí se suelen instalar aparatos térmicos que nos proporcionen bienestar en los meses de frío en algunas habitaciones, principalmente, salas de estar, salones y dormitorios.
En el caso de las estufas, son innumerables los diseños y modelos que se ofertan cubriendo las necesidades tanto energéticas como estéticas para los usuarios.
Se emplean diferentes fuentes de biomasa, principalmente leña, pellets o briquetas, y dependiendo del lugar incluso restos agroforestales, huesos de aceituna, y restos de frutos secos.
Un requerimiento previo la disponibilidad de poder sacar una chimenea al exterior, y que no incumpla ningún criterio urbanístico.
Este tipo de aparatos tiene consumos muy bajos, y el inconveniente será su recarga y almacenamiento de combustible.
Los formatos de la biomasa varían según productos. Los ideales para viviendas urbanas que tiene poca capacidad de almacenamiento serían pellets o briquetas, con un gasto de 5€ de media (6cts/Kwh), aunque dependerá de la zona donde viva y la superficie comercial en que compre.
Para viviendas donde tenga espacio de almacenaje puede usar leña, restos forestales o los biocombustibles ya preparados (pellets y briquetas).
Nos referimos a calderas de autoconsumo para toda la vivienda o calefacciones centrales. Están más desarrolladas en las zonas más frías de nuestro país, donde los meses fríos son muy duros.
Estas instalaciones, que ya están instaladas con combustibles fósiles, mantienen sus instalaciones salvo la caldera que se sustituirá, y para los que existen subvenciones para la sustitución de estos componentes.
En los últimos años se han desarrollado nuevos aislamientos y mejoras en las calderas de formas que pueden generar una eficiencia superior al 75% – 85% respecto a las calderas convencionales, con alta resistencia de sus materiales, lo que confiere una larga vida útil y fácil mantenimiento.
Se diferencian varios tipos en función de los combustibles que empleen:
-Caldera para madera: han sido las más antiguas pero su desuso va en parte a su requerimiento. Necesita carga manual normalmente y generan menos calor en proporción a los otros combustibles. Suelen ser de llama invertida, ya que así controla duración y cantidad de biomasa que gasta, si fuese de llama normal, consumiría todo la madrera sin necesidad de controlar el proceso si se carga de leña la cámara.
-Calderas de astillas: son trozos o desechos de actividades madereras y de la industria del mueble (astillas, cortezas, serrín etc.)
– Caldera de pellets: Son las que están más en auge por su fácil almacenamiento, ausencia de olores, limpieza y variedad de formatos de compra. Los pellets consisten en restos vegetales, triturados a modo de serrín que se compactan formando pequeños cilindros.
-Otros biocombustibles: son principalmente huesos de aceituna, y restos de cáscaras (almendras y nueces principalmente). Necesitan un proceso de lavado y secado para eliminar contaminantes y suciedad, su ventaja reside que son combustibles más caloríficos (la aceituna genera un 25% más de calor que el pellet). Son ideales en áreas de producción por su abaratamiento y por cercanía y aprovechamiento para eliminación de residuos.
Este tipo de calderas se pueden combinar con placas termosolares y forman un tándem de autoconsumo que permite la instalación de suelos radiantes de forma ecológica, y barata.
Este apartado se refiere a las instalaciones generadoras de biomasa a partir de sus restos o desechos.
Por un lado tenemos las explotaciones ganaderas que generan excrementos de sus animales.
Por el otro lado están las explotaciones agrícola, pero va en correlación de unidades de procesado dentro de la zona agrícola, tales como almazara procesada de productos agrícolas o aserraderos, situados in situ de la explotación agroforestal.
Se centran en áreas de ganado intensivo, principalmente bovino y porcino, donde sus excrementos se concentran en depósitos que lo procesan en biodigestores y generan biogás. Este biogás se puede usar como autoconsumo para calefacción de animales y vivienda, además de generación eléctrica. Según los modelos de generación de residuos por parte de los animales, una explotación de 300 vacas puede autoabastecer sus necesidades energéticas en cuanto a calefacción y electricidad.
Para el ganado porcino (un cerdo genera 3.5kg /día de estiércol, frente a los 30kg de la vaca) necesitaríamos más 500 cabezas para ser funcional.
En caso de excedente de biogás, se puede comercializar para su consumo en otras áreas.
Tenemos además la generación de abonos naturales, puesto que, tras la fermentación de los excrementos en los biodigestores, están en condiciones para poder verterlos. Los excrementos necesitan un periodo para eliminar sustancias nocivas que quedarían en el suelo contaminándolo.
La PAC (Política Agraria Común) está fomentando la instauración de modelo de autoconsumo a base de ayudas.
Se emplean en instalaciones donde hay un procesamiento de los productos, como elaboración de vinos o envasados de frutas y hortalizas, para el caso de industria maderera el procesamiento de ésta.
Se están invirtiendo ayudas directas europeas en este tipo de tecnología o bien en plantas de tratamiento de biomasa para aportarlo a las distintas explotaciones.
Estas actividades generan importantes volúmenes de residuos, que generan contaminación local al no biodegradarse rápidamente (entre 3 y 5 meses, procesándolo en composteras). Una solución es la incineración generando calor y electricidad que puede ser usado para el autoconsumo.
En el caso de calderas de biomasa para autoconsumo necesitará una serie de requerimientos como lavado y secado del biocombustible, gran capacidad de almacenaje podrá incinerarse en las calderas.
En épocas de ausencia de biomasa (periodos posteriores a podas o periodo de crecimiento) se puede mantener comprando biomasa convencional.
No necesita zona de construcción especial ni depósitos como el caso del diésel o gas. No explota ni genera gases, sólo tienes que ponerlo en un lugar seco para que no pierda propiedades calóricas.
Referente a gases efecto invernadero son similares a combustibles fósiles, pero con menor contenido en azufre. Se consideran emisiones netas 0 puesto que el carbono emitido a la atmósfera se ha recogido durante la formación de las plantas. En cuestión de gases distintos como metales pesados son mínimos y en caso de no haberlos incinerados quedarían en la superficie del suelo pudiendo bioacumularse en plantas y animales.
No, sólo la caldera y en muchos casos, será ubicación de la biomasa ya que necesita más espacio para colocarlo que combustibles líquidos o gaseosos que se pueden poner en exterior.
No, estas suelen tener de composición sílice y algunos óxidos de minerales. De hecho, se emplean como fertilizante en plantas en muchos casos, favoreciendo la textura del suelo para las raíces.
Sí, especialmente en ganadería. Esta actividad representa 14’5% de todas las actividades humanas de emisiones de metano del planeta. Este gas es 25 veces más efectivo en calentar la atmósfera que el CO2. Con la generación de biogás se intenta reducir considerablemente estas emisiones (10% del total).
Generalmente los residuos se entienden como la fracción sólida, las cenizas dependerán del tipo de combustible que se emplee. Por ejemplo, las cenizas de pellet generan en torno del 1% en peso es decir 1 kg de ceniza cada 100kg empleados.
Se estima en unos 20 años de media para ser sustituidas, aunque dependerá del tipo de uso y mantenimiento por parte del dueño. Su ventaja reside en que puede ser amortizada tras 3 años de uso.
Por lo general suelen ser sistemas fiables, si se emplean los combustibles definidos por el fabricante. El problema más común es la obstrucción de la entrada de alimentación, bien por impurezas o un formato del combustible demasiado grueso, que paralizaría la entrada de biomasa.
El otro problema es la salificación de ceniza. A veces el combustible trae tierra que al enfriarse solidifica, no permitiendo la entrada de aire. Se soluciona con limpiezas frecuentes y mantenimiento.
No, son instalaciones que se colocan en las granjas. Es cierto que acumulan biogás, que es explosivo, pero posee mecanismos para su liberación o evacuación en caso de aumento de presión. Por otro lado, se suelen instalar en áreas normalmente deshabitadas.
2021
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